LA HORMIGA ZOMBIE

Parece una película de terror, pero es cierto: existe un hongo capaz de manipular a las hormigas y hacer que cumplan sus ‘deseos’.

Un grupo de biólogos norteamericanos ha estudiado en profundidad cómo el hongo Ophiocordyceps unilateralis convierte en zombies a las hormigas Camponotus leonardi que viven en los árboles de las selvas tropicales: se fijan al cerebro de las hormigas y les obligan a realizar sus deseos, si es que un hongo puede tener deseos.

¿Por qué? Simple cuestión de supervivencia. Si eres un hongo solo te sientes bien a una cierta temperatura, porcentaje de humedad y distancia al suelo. Claro que tienes un grave problema; no tienes piernas y no puedes ir en busca de tu paraíso en la tierra. ¿Qué hacer? Nada más fácil que encontrar un transporte. Puedes subirte a un insecto pero no te llevará donde quieres, sino donde a él le guste. Lo único que te queda es, además de hacer de autoestopista, obligarle a que te conduzca donde tú quieres y para ello debes tomar control de todo su cuerpo.

Esto es precisamente lo que hace este hongo: cuando la hormiga está «poseída» por las esporas se dirige a la parte interior de una hoja que se encuentre a 25 cm del suelo con un 95% de humedad y una temperatura entre 20 y 30º centígrados. Y allí la hormiga, bajo las órdenes del hongo, muerde con fuerza la hoja para no cae al suelo y muere. Dicho de otro modo, el hongo obliga a la hormiga, que prefiere vivir 20 metros por encima, a llevarla al mejor lugar para reproducirse.

Una vez que el Ophiocordyceps unilateralis está cómodamente instalado empieza a desarrollar las hifas, esos hilillos que componen el micelio del hongo, primero en el interior del cuerpo de la hormiga y de ahí al exterior. En una semana, cuando se ha desarrollado lo suficiente, se reproduce y termina con la liberación de esporas creando lo que los investigadores llaman un «infeccioso campo de la muerte» de un metro cuadrado bajo el cadáver de la hormiga. Si alguna C. leonardi despistada u otra especie similar pasa por la zona, podría quedar infectada. Entonces, como dice el despiadado psicópata de la película Saw, comienza el juego.

 

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